«Todos tenemos cosas que nunca superamos, pero ellas están acá, como unas mujeres superadas». Dijo la directora Adela Donadío, cuando la obra y la sección de preguntas del público terminó. Para mí, esto que dijo resumió la obra.
La obra se produce como una encuentro de tres prostitutas: Carolina Calle, Fernanda y Susana, cada una aporta su historia, sus cargas y, en este contexto teatral, su talento actoral sobre las tablas para la creación de esta obra «Entre Putas Una Voz». La directora Adela Donadío y el director Leonardo Petro se encargaron de crear una estructura y detalles creativos para darle una estética unificada a la obra.
Los momentos que conectan las escenas están llenos de sonidos y conversaciones en la calle, conversaciones reales sobre este mundo en el que viven las protagonistas. Así mismo este recurso se nos presenta desde el inicio, cuando las mujeres vienen caminando hacia nosotros por el escenario mostrándonos diferentes acciones que hacen en su día a día, mientras suena de fondo la canción de Manu Chao «Me Llaman Calle». Una canción que pinta un poco algunos detalles de esta profesión que apodera un poco la vida misma de quien la ejerce. O eso podemos percibir un poco de la obra, la prostitución es una profesión como tantas, pero más llena de matices que otras, ya que implica más sentimientos, más cuerpo, más carga psicológica y otras tantas cargas religiosas y sociales.
La intención de «Entre Putas Una Voz» es que nosotros, como espectadores de la obra y de la vida, nos adentrarnos en esos matices y no volvamos a verlos superficialmente, entender a través de diferentes discursos, entre ellas y monólogos, lo que hay en el pasado de cada una, de sus vivencias, de su niñez, de sus fragilidades, fortalezas, alegrías, traumas, risas, miedos, humanidades y sueños.
En varios momentos las historias que nos cuentan las actrices naturales pueden producir una risa extraña, porque ellas tratan con humor las anécdotas dolorosas y reales que vivieron o de las que hay registro. Se basan en hechos y experiencias para hablarnos de los arquetipos de clientes, de las calles, de sus compañeras, sobre datos históricos y actuales, desapariciones, violaciones y todo una vida de etapas complejas y fuertes.
Esto fue apenas una sensación que me dejó «Entre Putas Una Voz», una obra que cada vez que uno la mire será distinta, por uno, por el mundo y por ellas. En cada mirada sé que nos va a dejar una sensación y una reflexión. Así que les invito a que le den una mirada a esta obra vivencial y testimonial.
Y recuerden, en las tablas como en la calle, como dijo Carolina Calle, «Ni Linda es Linda, ni Julia es Julia, ni yo soy Rosa».
Fecha: Del 9 de marzo al 1 de abril (de jueves a sábados)
Hora: 7:30 p.m.
Lugar: La Factoría Tino Fernández (Carrera 25 Nº 50 – 34)
Boletería general: $38.000
Caroh Nijinsky