El Colectivo SAPOPERRO es un emprendimiento que surge de profesionales de la Universidad Distrital. Dirigidas por Daniela Rondón, a esta empresa la conforman cinco gatos humanos, entre mujeres, personas no binarias y un hombre, todos radicados en la localidad de Chapinero.
En asociación con Jóvenes en movimiento, en SapoPerro buscan que las asistentes se conozcan, “como sujetos con posturas, sobre su rol personal y en la sociedad. Siendo mujeres y personas no binarias, ayudar a ver cómo se ven en el espacio en qué conviven y en el que se desarrollan. Manifestándose de maneras no tradicionales, hasta ahora. Ayudar a descubrir esa voz que no han podido sacar, porque no saben que la tienen.”
Vaya a saber uno, pero como si de un test de Rorschach se tratara y la más elemental proyección fuera inevitable, quien aquí escribe encuentra Indescriptible encontrarse con el paréntesis y la admiración en apertura -signo primero de la vida y de las ganas de vivirla- de una vulva estampada, en alguna calle con nombre propio de mujer.
Poco a poco se van extendiendo los diseños, de mano en mano, de cuadra en cuadra. Hasta transformar con arte los territorios.
Apropiándose, por medio de calcas, estampados y otros experimentos con la serigrafía, de los espacios y las discusiones que les conciernen a las directamente afectadas por las decisiones tomadas por otros en su nombre.
De allí nace también VULVAS SOCIAL CLUB un sello que busca agrupar nuevas miembros en una exclusividad que le competía -por mala costumbre- solo a hombres. Pues los pocos clubes que en el pasado hubiera para mujeres, eran muy ocultos, cerrados al público en general.