El Lunes 29 de enero, a las 6:30 p.m se presentó en el auditorio de la universidad Konrad Lorenz la
obra de teatro “Todos somos Poe” de Atomos Teatro. Este evento coincidió (aunque ya veremos
que hablar de coincidencia en este caso sería errado, y más bien deberíamos hablar de una curiosa
complicidad de los acontecimientos) con el primer día de inducción de los nuevos integrantes de la
comunidad universitaria. Un día como este significa una bienvenida a un nuevo mundo para todo
joven que aspira escalar en su desarrollo académico y profesional, camino que, dejemos en claro, ha
sido recorrido por millones de individuos a lo largo de la historia. Eso mismo, una bienvenida, una
cálida y contemporánea introducción al camino borrascoso y sombrío de la literatura de Edgar
Allan Poe, que tantos otros recorrieron de formas no tan amenas ni placenteras antes que nosotros,
significó el acontecimiento de esta obra teatral, en ese justo momento, en ese día premonitorio.
“Todos somos Poe” es una obra de tres actos, un prólogo y una resolución en torno a la figura
fantasmal del más grande y codiciado autor de las sombras. Es un contraste sustancial el ver una
temática abismal abordada desde el teatro Clown, que no solo se contenta con transgredir las
normas de lo oculto, sino que hace de lo cómico un canal revolucionario para decir algo.
La obra, inundada de destellos musicales, donde hace parte del escenario el mismo intérprete, inicia
con la presentación de un grupo pintoresco de pseudo-intelectuales que tienen una organización
literaria con sede en Chapinero (de la high class Bogotana) que se proponen instruir al público en la
obra de Edgar Allan Poe. En un acuerdo discordante (esa es la potencia del Clown, arremeter contra
la convención teatral, burlarse del secretismo con el público), uno de los personajes es obligado a
realizar el prólogo que nos introduce a la primera historia nocturna: El Gato Negro. Con pequeños
elementos de vestuario, los actores representan la historia, cargada de una comicidad que pone en
ridículo al mismo Poe, a su manera de escribir en primera persona y al absurdo de los sucesos.
Elementos que nos distancian de la seriedad de la obra pero que nos vinculan a nuestra cultura
colombiana contemporánea llena de estereotipos, hacen disfrutable la puesta en escena… claro que
exceptuando cierta suciedad escenográfica (utilería sin sentido, dejada a la deriva, con la que los
actores tropiezan constantemente) y aceptando la propuesta de la burla que el grupo nos propone.
Así continúan con el siguiente cuento, responsable de tantas pesadillas ocurridas al filo de una
lúgubre media noche: El cuervo. Postrado sobre el busto de Palas, la figura del pájaro infernal
(introducido como una diva, aunque desaprovechando un poco tan excelente recurso cómico)
atormenta al doble de Poe, representado por uno de los integrantes que ya desde el comienzo daba muestras de su inconformismo por la figura autoritaria de su líder teatral. Pasa sin mayores
sorpresas esta historia, con un constante ritmo cómodo y agradable.
El último relato, El corazón delator, es el mejor representado en su totalidad, con diferentes
recursos en los que todos los actores entran en escena y se puede percibir la comodidad que sienten
con el otro. Verlos es placentero y bastante disfrutable, sensación que recorre también la gran parte
del último acto, en el que utilizan distintos recursos cómicos como el collage para hacer partícipe al
público en una nueva dinámica teatral: Aquí no existe la cuarta pared. Lastimosamente, el final
termina por ser forzado al manifestar la misma obra que está a punto de concluir, lo que se
evidenció en la extrañeza del público en la oscuridad, antes de incendiar al elenco con los
despabullantes aplausos precoces.
En definitiva, “Todos somos Poe” es una obra entretenida y disfrutable en su mayoría, que
funciona muy bien para conocer de primera mano al peculiar escritor, o burlarse de él cuando se lo
conoce íntimamente. Es seguro que con cada presentación la obra tomará forma y estructura, y qué
mejor que hacer parte de ese proceso, asistiendo como un espectador dispuesto a maravillarse con la
esencia teatral.
El terror se anticipa con “Todos Somos Poe” una obra inspirada en los más lúgubres cuentos del autor “Edgar Allan Poe”. En una noche de tertulia, cuatro payasos pertenecientes a un club de lectura en Chapinero se encargarán de darle vida al mejor estilo clown, a los afamados clasicos del autor: “El Gato Negro”, “El Cuervo” y “El Corazón Delator” acompañados de música en vivo. Las funciones serán los días: 29 de Febrero, 1 y 2 de Marzo a las 7:30PM en el Auditorio Sonia Fajardo (Cra. 9bis No. 62 – 43). Boletería en 30.000 COP.